NUEVAS SAXOMANÍAS CON LLUVIA
( A Bernardo Baraj y a Litto Nebbia )
A dos amigos que son mis amigos.
Hugo Guardaviento


Buenas noches.
Sólo los ciegos no pueden ver la lluvia.
Sólo los pobres cojos no pueden transitarla.
Sólo los cortos de brazos no quieren acariciarla.
Sólo y sola una guarania  está de frente besándola.
Sólo los dementes y los sádicos del alma o,
tan solamente los ratones que anidan en un cuerpo oscuro,
pueden evitar oír un saxo bajo la lluvia.
Y sólo de una manía de revolcarse con la lluvia,
puede parirse luz de una saxomanía con lluvia.


Oscuros, o, llenos de luz, solamente los monstruos
hacen morir la lluvia en una hoguera.
Solos están  los cabellos de los hombres que brillan
tras la lluvia.

Solamente el abismo de trenes de dos ojos
encandilados en oscuro,
pueden anularla a veces.
Y para siempre, y por fin, sólo los niños
suelen ser sonido con las gotas de la lluvia
o besar la lluvia que también cae de una lágrima.
Sólo dos locos. Solos los locos.

Buenos días.


NOCHE UNA ( Había una vez una… )
Hugo Guardaviento

La esperada luz es capturada por la mirada
oculta de los otros.
Semáforos de sombra,
vertientes de agua clara rasguñando los cristales.
Desde aquí parecería que los otros son la sombra
(nosotros los encandilados)
Desde allá el agua clara forma una turbia mirada
con los vértices de la luz.
Desde lejos
un cono de fuego es casi un caballo nocturno
perdido en mi mirada.
¡Escondidos de la luz de la mirada!

Se mira con los ojos en sombras.

Se toca el mundo con luces amarillas.

Deberíamos guardar precaución
cuando enfrentamos las imágenes.

N o   s o n   u n   d i b u j o   d e   l o   c l a r o.
No son el agua reptando los cristales.
Son apenas dos ojos hurtando los objetos
como aquella inesperada luz
que ya no se decide a arder tras las sombras
de aquella mujer que espero
detrás de aquella escondida luz de la mirada.




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