EL “SÍ MISMO” Y
“LA SOMBRA ”
Hugo
Guardaviento
El cinismo, con
sus bocas calladas en las oscuridades,
tendió redes
con ese
nihilismo habitual
de oídos que no
saben escuchar
para,
recién entonces,
pronunciarse.
Yo, que busqué
las verdades desde las profundidades mismas
de un océano muy interno,
me veo ahora
envuelto en la traición
de bocas
perfumadas de palabras
“revolucionarias
de salón”.
“La sombra”
enamoró el “ego” de un hombre y una mujer…
El “sí mismo”
arde en llamas silenciosas.
No lo escuchan. Hay voces que no escuchan.
Otras, no se hacen escuchar.
¿Es que “yo” va
a vivir siempre distraído
e inocente;
¿tendiéndose
trampas para dejarse morir en un espejo,
en lugar de
cobrar vida en lo más intenso,
en lo más interior de sí,
en esas aguas
que todo lo saben?;
¿en esas aguas
en la que no habremos de bañarnos nunca
porque el señor
“yo”, ese tercero,
se ha
confabulado, una vez más, con ésa: “la sombra”,
para no hacernos
feliz en esta vida?
Hermana mía,
limpiémonos en esas aguas que en sí
mismas
llevan en
silencio el (para ellos) ocaso
de nuestras
verdades.
Ambos sabemos
que la lucha no se consensúa,
que no se
negocia jamás con esas sombras.
Contestemos en
silencio activo,
para que podamos
seguir pintando,
esculpiendo,
cantando, escribiendo,
tocando la
superficie de las verdades
que son bellas
en sí mismas
y que no
necesitan esconder las manos
para SER, en esa
luz propia
que debemos
defender.
Sí, defender
contra todas
esas sombras
que, por fin
hoy, han dado sus caras
demacradas y
descaradas,
delante de
nuestras lámparas.
19 de marzo de 2008
Hugo
guardaviento
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