CASI una autobiografía…
(ANOCHE SOÑÉ CON TODO LO QUE OCURRIÓ EN
MI VIDA)
Hugo
Guardaviento
Desde un 24 de febrero a un 27 de abril
hay largo camino.
Anoche atravesé por todos esos oasis y desiertos
pero no me dio pena. La fiebre no
condena a nadie.
Vi el momento del parto y el momento de
mi decorosa muerte.
Pasaron por mi vida todos los falsos “ismos”,
los auténticos impostores, los
verdaderos predicadores de no sé qué,
los sultanes, las reinas y mis preferidas: las
princesas.
Iban todas y todos adornados con claves
de Sol y de Fa para la ocasión.
Di gracias a todos los presentes y me
acosté en mi ataúd de nuevo a disfrutar de la fiesta que se hacía en mi
homenaje.
Vi todas las Judas y los judas que,
antes, no había visto.
Vi cómo robaban cada cosa que creí
perder por mis olvidos.
Vi los planes que tenían para dejarme
siempre sentado.
No me llamó la atención ver que la
mujer que más me gustó en vida, ¡también se moría por mí!
y pensar que no me atreví a decirle que
la amaba.
Comprendí todo lo que uno deja de hacer
por tener un cerebro amaestrado, manos
amaestradas para escribir con la derecha,
cuando nací para hacer todo con la Izquierda !
Vi que la persona que más ocupó mi tiempo
se burlaba de mí delante de sus amigos.
Vi el rezo y los pensamientos funestos
que a menudo se atraviesan en las personas.
Vi una comedia donde la luz era sólo
una fantasía de la sombra,
una trampa más de lo absurdo.
La verdad que me divertía tanto que,
nuevamente, salté de mi cajón y agradecí a todos los presentes por el hermoso
espectáculo que me brindaban!!!
Vi cómo, cada persona antes de dormir
sola,
se avergonzaba de sí misma.
Vi que el cura párroco tenía una bella mujer
escondida,
esperándolo sonriente,
mientras el marido esperaba que su esposa
regrese de la misa.
Vi pastores juntando diezmos y
festejando con bellas mujeres
lo cosechado en el día.
Sí, vi una Biblia vieja cargada de dinero
y cartitas de amor.
Vi al gobernador de turno, sentado con
el Secretario General del Gremio brindando con champán una nueva treta de
aumento salarial.
Anoche soñé que me perdía un gol con el
arco libre,
que no había descubierto aún lo que es
amar,
y que gasté mi tiempo amando
todo aquello que como yo,
merecía estar adentro de un ataúd.
domingo 27 de abril de 2008, Hugo
Hernán pasado por el filtro de Hugo Guardaviento.
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